Hola amigos:
Estoy preocupado porque he escuchado a varios señores políticos: senadores y diputados, a líderes del movimiento por los derechos de los homosexuales, a una dirigente de de la asociación de prostitutas de Chile y a varios destacados opinólogos de la TV, manifestar que están de acuerdo en que Chile le ceda un “pedazo de mar” a nuestros hermanos bolivianos, total tenemos tanto mar, dicen.
Los chilenos somos así, buenas personas y desde siempre preocupados por el bienestar de nuestros vecinos y del mundo entero. ¿Crees que exagero? Aquí tres ejemplos de lo aseverado.
1.- En 1866 comenzó la historia de la entrega de la Patagonia a nuestros amigos argentinos. Obró en contra de los derechos chilenos la ignorancia de las autoridades y el sentido americanista de los intelectuales de la época, como Vicuña Mackenna y Lastarria que eran respetados y escuchados por académicos y otros políticos, incluso cuando insistían en la inutilidad de los terrenos patagónicos y la inconveniencia de que Chile los mantuviera en su territorio, a costa de dañar sus relaciones con una República hermana y amiga como era la Argentina.
El precio fijado por Washington afectó sólo al Estado chileno puesto que a las empresas, que eran todas norteamericanas, Estados Unidos las subvencionó con 120 millones de dólares al año. Las pérdidas para Chile se estiman en más de 500 millones de dólares, computados sólo por el no pago de los 120 millones de dólares de bonificación. En esta oportunidad primó en nuestros políticos el sentido mundialista.
Nota: No pongo los nombres de los políticos de esa época para incentivar el espíritu de investigación de los lectores.
3.- La pérdida de la Laguna del Desierto en 1994 mediante un laudo arbitral, sobre el cual el ex presidente Aylwin declararía al ser consultado que lo perdido sólo representaba unos "pedacitos más o pedacitos menos de territorio", declaración que ha hecho historia por su sentido americanista e integracionista.
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