07 noviembre 2005

Prolongar la vida de los seres humanos

Sé que voy a tocar un tema muy discutible, pero lo plantearé para que los que deseen den sus opiniones y argumentos. Antes de todo deseo aclarar que soy católico observante y que estoy en la tercera edad, voy a cumplir 72 años. Bueno, basta de palabrería y vayamos al grano.

Cada vez que veo en la TV o leo en la prensa que nació una guagua con tales y cuales malformaciones o deficiencias, no puedo entender los esfuerzos que toda la sociedad hace para separarlas, operarlas aunque vayan a quedar como vegetal, etc., etc. No me refiero a la actitud de los padres, que por supuesto, es comprensible que deseen prolongar la vida de sus hijos, pero me refiero al resto, médicos, asociaciones, sacerdotes, etc. Cuál es el objeto de prolongar la vida, por medio no naturales, como estimo que son las operaciones y las máquinas que se emplean para mantener la vida, sabiendo a ciencia cierta, que la calidad de vida de esa guagua será pésima si es que sobrevive.

Lo mismo pienso, cuando a un anciano, lo someten a todo tipo de intervenciones para prolongarle la vida, por uno o dos años que los pasará con una calidad de vida horrorosa. Estoy seguro que Dios nos ha puesto en este mundo para que seamos felices, que muchos no lo sean, es por su propia culpa o de la sociedad que nos estamos dando, pero eso daría para otro foro, ahora centrémonos en la prolongación de la vida a toda costa, no importando para nada la calidad de vida de esos seres.

Lo que más me extraña es que los que se dicen cristianos, también se aferran a este sistema de prolongación de la vida a toda costa, cuando la muerte debería ser un paso a una existencia mejor. Convengo en que quien no cree en una vida futura, quizás luche por prolongar la vida, aunque también pienso que debería primar la calidad de vida futura.

Para poner un caso reciente, estoy seguro que el Papa Juan Pablo II, aún estaría ¿vivo? si la última vez que cayó enfermo lo hubiesen internado en la clínica, por suerte que él se opuso y se entregó a los brazos de Dios.