20 noviembre 2006

Los políticos y los medios de comunicación me tienen aburrido

Sí, me tienen aburrido. ¿Cómo es posible que llevemos más de dos semanas dándole vueltas a esto de Chiledeportes? Y a que la Presidente es buena, que es mala, que no se la puede, que se la puede. Que Longueira dijo que Piñera era… o había sido o seguía siendo. Que todos los PPD son ladrones, que no, sólo unos pocos y todos los días seguimos en lo mismo.

Yo me pregunto, ¿ estos señores no tienen algo más positivo y urgente que tratar y a que dedicarse?, como ser: La educación, la distribución vergonzosa del ingreso, la corrupción, pero en forma global, no caso a caso, la energía, la seguridad ciudadana y para que seguir.

Y tú, amigo, ¿también estás aburrido? ¿Qué podríamos hacer?

13 noviembre 2006

Tragedia carretera y los canales de televisión

Estimados amigos, todos saben que el domingo recién pasado ocurrió un accidente carretero en la VIII región; un bus con militares cayó a un río lo que ocasionó la muerte de 19 personas, 17 militares y 2 civiles.

Triste y lamentable noticia, pero lo que me lleva a escribir este tema es preguntarle a quién quiera explicármelo y especialmente a los señores periodistas universitarios, cuál es el propósito de que en el noticiario central de ayer domingo, los cuatro canales de TV abierta hayan transmitido durante 15 minutos respecto al accidente y en los noticiarios de esta noche, los mismos canales, hayan destinados más de 20 minutos al mismo hecho, y dos, hasta hicieron reportajes especiales que duraron casi 30 minutos.

Personalmente creo que lo anterior es una exageración a la que no le encuentro explicación y eso que los funerales de los 19 serán entre mañana y pasado mañana, supongo que tendremos noticieros parecidos los próximos días. ¿Chile tiene tan pocos temas de los que preocuparnos e informarnos? La educación, la distribución del ingreso, la seguridad ciudadana, la corrupción, el trabajo del congreso, etc. etc. ¿Qué opinas?

06 noviembre 2006

Para que nuestros hijos no sean engañados

Hola amigos, he recibido por internet esta carta a la cual adhiero totalmente. Ojalá que los pocos, pero fieles lectores de este blog la comenten con sus familiares y amigos.

"Al menos, que nuestros hijos no sean engañados...

Soldados del Silencio.

A raíz del informe de la Comisión sobre detención política y tortura, se abrirá dentro de algún tiempo, una caja de Pandora creada por la izquierda gobernante y ello no traerá ni verdad ni reconciliación; tal como en su oportunidad no lo consiguió la mesa de diálogo.

Notables analistas e historiadores como don Gonzalo Vial (mesa de diálogo) y don Gonzalo Rojas destruyen este informe por ser jurídicamente inaceptable e inconstitucional, contener falsedades, contradicciones, afirmaciones infundadas y omisiones para nombrar las más evidentes.

Lo que expresaré es mi pensamiento respecto al silencio y está dirigido a moros y cristianos y, muy en especial para los hombres de la “Escuela del silencio”; es decir a todos aquellos miembros de las FF.AA., hombres y mujeres de los servicios de seguridad y que gracias a su accionar se venció en gran parte al terrorismo evitándose la materialización de muchos atentados, que hubieran costado la vida a cientos de chilenos.

Para ellos ni siquiera hay un gesto o palabra de reconocimiento: No sería políticamente correcto; hay que mantener silencio.

Se han olvidado que debieron actuar igual que los terroristas, adoptando identidades falsas, infiltrándose en grupos subversivos, con el consiguiente peligro de sus vidas y que incluso terminó con la vida familiar de algunos de ellos debido al sigilo con que debieron actuar; y lo hicieron bien.

Otros murieron en acción cumpliendo su deber. Es probable que haya habido incumplimiento de órdenes e instrucciones en forma individual, pero ello se explica - aún cuando no se justifique por las características de la guerra antiterrorista y antisubversiva.

Conocí a algunos de esos hombres preparados, inteligentes, audaces, valientes y, aunque no lo crean, cristianos que actuaron de la mejor buena fe en las más variadas y difíciles misiones. Gracias a ellos los chilenos dormían y trabajaban sin sobresaltos.

La izquierda ha tenido éxito en presentar a nuestra sociedad, separada en dos grupos. Los civiles de izquierda son los buenos; los militares y civiles que participaron del gobierno militar son los malos.

Se ha grabado en la mente de la juventud que, lo único real que hizo el gobierno militar fue violar sistemáticamente los DD.HH., lo que ha sido inculcado en todos los establecimientos educacionales de las más variadas categorías.

Niños que aún no nacían hablan de lo que no saben ni comprenden pero ya llevan la semilla del odio. ¿Y qué dicen sus padres y abuelos?; hoy rasgan vestiduras y nada dicen. No es políticamente correcto: hay que mantener silencio.

Me gustaría oír la voz de los empresarios, la de los agricultores expropiados por la ex UP, la de aquellos que tuvieron éxito en sus actividades privadas, la de los miembros de las FF.AA. que pudieron seguir normalmente sus carreras sin arriesgar nada, la de los que vivieron tranquilos durante la “terrible dictadura”. ¿Por qué no hay una pizca de reconocimiento para los hombres del silencio? Por cobardía moral, al que le caiga el sayo que se lo ponga...

Mi reconocimiento para aquellos que permitieron a Chile no caer en una vorágine terrorista; aquellos que recibieron órdenes e instrucciones -porque ciertamente las hubo- buenas y malas, a los que cumplieron bien y a los que erraron o se desviaron del recto proceder; a pesar de haber sido bien instruidos.

Hoy todo se ha olvidado y, en estas ocasiones es cuando aflora en forma nítida uno de nuestros mayores defectos: “el pago de Chile”, producto de una sociedad cómoda y esencialmente hipócrita; sociedad a la que también pertenezco, pero al menos trato de sacudirme de estos males.

En Chile las cosas no se dicen por su nombre, porque es necesario estar bien con Dios y con el Diablo. Yo prefiero estar bien con Dios que nos manda ser de pensamiento recto y actuar en consecuencia.

Hoy observamos dos clases de silencio; aquel de los mal agradecidos y el de los hombres que tuvieron que enfrentar el terrorismo y que por razones obvias no pueden hablar.

FERNANDO NAVAJAS IRIGOYEN

VICEALMIRANTE "