12 octubre 2007

Carta de un soldado


Estimados amigos, hace unos días recibí esta linda y emotiva carta que refleja el sentimiento de tantos uniformados que sufren hoy el conocido "pago de Chile".

Mí querido joven oficial o suboficial:

Ves mi cara aparecer en los diarios como un delincuente. Bajo grandes titulares. Me ves esposado y flanqueado por policías. Humillado. Es más, para Chile y quizás para ti - en el revuelo - , soy un delincuente. Me ves, ya no con la prestancia de antaño. Quizás mal vestido. Me ves camino a la cárcel. Por años o eternamente.

Hace años tú no habías nacido, quizás, tu padre era un niño cuando este país agonizaba. Y yo, era un muchacho igual que tú. Hacía instrucción en el patio de mi regimiento, como lo hiciste hoy día. Vibraba en el Casino como lo haces en las fechas importantes. Pololeaba, estaba de novio o ya era flamante esposo con hijos, tal como lo eres actualmente. Estuve en cursos en mi Escuela del Arma, y me quemé las pestañas para lograr ser un oficial de estado mayor o llegar a ser un Suboficial del Ejército. Lucí con orgullo mis presillas de General, Coronel o Suboficial.

Muchacho, no te vayas, no te quiero aburrir, sólo escúchame por un momento. No soy un asesino. No me veas como un delincuente. Me quieren hacer aparecer así.

En 1973, este país agonizaba – quizás la Historia ya la conoces – y a mí me llamaron. Estaba haciendo instrucción. Chilenos que ahora no se acuerdan, fueron a golpear las puertas de mi cuartel para que actuara contra un gobierno que había caído en la ilegalidad y llevaba al país a un despeñadero. Nos pedían implacable "mano dura". Curiosamente, los "Viejos de Mierda", como le llamaron a la institución del Poder Judicial en el Gobierno de Allende, son los mismos que hoy me juzgan y me están enviando a la cárcel. Y los que nos golpearon la puerta de nuestros regimientos y después fueron ministros, alcaldes y jefes de servicios, o convertidos en parlamentarios, prósperos empresarios o renombrados políticos, nos desprecian y no saben nada, no escucharon nada y no vieron nada. Pero eso ya es historia. No me importan aquellos. Me importas tú solamente. Lo que pienses tú. Me importas porque somos soldados. Hasta la muerte. Tú de uniforme, yo de civil. Es más, estoy ligado a ese uniforme de por vida, porque mi hijo lo lleva y sufre en silencio por su padre prisionero. Que te quede claro hijo mío, nunca quise hacer daño a ningún chileno y si alguien cayó, fue en el fragor de la lucha. Todos morimos. Y murieron los valientes de ambos lados, no los dirigentes que saltaron a los patios de las embajadas y que empujaron a aquellos a morir por ellos.

Veo que tienes una linda señora y dos niños como los tuve yo. Cuídalos mucho y piensa en ellos en cada una de tus actuaciones. Hace años luché por los chilenos y hoy condenado, ninguno de esos chilenos cuidará de los míos. No se te olvide jamás: "El hombre se acuerda de Dios y del Soldado ante el peligro y no antes. Cuando el peligro ha pasado Dios es olvidado y el Soldado despreciado". Te repito, no soy un delincuente. Soy un suboficial, un general, un coronel.

Ojalá, algún día, cuando se abra la puerta de mi prisión, cumplida ya mi condena o porque entendimos que hay que mirar hacia adelante y mirarnos como hermanos, tú con otro grado y yo más viejo que ahora, podamos fundirnos en un fuerte abrazo. Y si muero en prisión, una corta oración será el mejor responso.

Te besa como un padre, un viejo soldado.

3 comentarios:

Ashniet dijo...

Se me llenaron los ojos de lágrimas.
Que ganas de poder hacer algo para sacarlos a todos de donde no merecen estar.
Lamentable no poder ser tan incivilizado como los del otro lado. Lamento decir lamentable, porque son mis principios los que podría no seguir.
Pido permiso para difundir la carta por otros medios.

Saludos, Ashniet

Jorval dijo...

Estimada Ashniet. a mi también me emocionó. No necesitas pedir permiso para su difusión. Todo lo que pongo en mis blogs es público y de libre difusión. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Jorval, a mi tambien me emociono esta carta publicada por usted.Soy de argentina un poco menor que usted pero recuerdo que en mi juventud paseaba tranquila por las calles de mi ciudad , cosa que mis hijos hoy no pueden hacer, aca recuerdan a los militares "que hacian desaparecer personas" bien pero madie hace programas en los que los dabnificados sean los policias,militares, digo esto porque cuando contaba con 5 años fui al odontologo en el departamento de policia de La Plata y estaba yo con mi madre esperando el turno cuando un estruendo que hasta el dia de hoy recuerdo , daño el edificio y se rompieron gran cantidad de vidrios , en fin , nunca se supo quien o quienes...y a ellos no los juzgan, pero yo sigo recordando la desesperacion de todos. un saludo .soy "mesera"