02 enero 2008

¿De dónde provienen las ideas de Salazar el Patriota?

Hola estimados amigos, me ha quedado dando vueltas Gabriel Salazar el Patriota, pareciera que hay jóvenes que lo consideran “un grande” y otros, como yo, lo consideramos un muy peligroso marxista que escribe cuentos y novelas históricas.

Ustedes creen que este señor aprendió en la Universidad de Hull, Inglaterra, lo que pregona y difunde en nuestro pobre y querido Chile, están muy equivocados. Los conceptos sobre Patria, Fuerzas Armadas, clases dominantes los aprendió del MIR desde su juventud. Les copio algunos conceptos de los compañeros del FMR sobre el tema y verán la similitud.

Amigos, esto está escrito para el 20% de los chilenos, mayores de 16 años que sí entienden lo que leen; les ruego que mediten lo que significa la difusión que el señor Salazar el Patriota hace de estos conceptos en forma entretenida, supongo, y probablemente fascinante para los jóvenes que con idealismo lo escuchan, pero que no vislumbran aún hacia donde conducen estas ideas marxistas: a la mundialmente fracasada sociedad socialista, que unos cuantos aprovechadores desean instaurar en los países subdesarrollados, léase latinoamericanos y africanos.

Preguntas y conceptos difundidos por el Frente Manuel Rodríguez actual:

¿Pero qué significa para nosotros la patria y el patriotismo en la realidad concreta del hoy?

Se debe comenzar señalando que las clases dominantes, así como se han apropiado y manipulado los conceptos de libertad, democracia, derechos humanos, así también lo han hecho con los de patria y patriotismo, y en general con todos aquellos que les sean útiles en la mantención de su sistema de dominación, por eso es políticamente importante rescatar estos principios, otorgarles un contenido ideológico revolucionario e incorporarlos conscientemente a nuestro proyecto por la transformación radical de la sociedad.
Lo anterior se fundamenta en que “la patria” en general postulada por las clases dominantes no existe. No es algo estático, definido y configurado desde siempre y para siempre. Tampoco puede reducirse el concepto de patria a la noción de tierra y los vínculos que se desarrollen entre esta y sus naturales, sean de carácter histórico, cultural, jurídico u otro.
La patria -entendida como un conjunto de elementos materiales e inmateriales que infunden un sentido de pertenencia a un vasto grupo humano- es una manifestación histórica. Es decir, se da siempre en concreto y posee un carácter eminentemente dinámico, cambia y se desarrolla en el tiempo y de acuerdo a la intencionalidad de diversas clases sociales, y muy especialmente de aquellas en el poder. Es por ello que se habla de la patria burguesa y la patria socialista. O dicho de otro modo, el concepto de patria debe necesariamente llevar “apellido”. De ahí que sostengamos que la patria abstracta no existe, sino que la patria -realidad concreta e históricamente determinada- tiene elementos objetivos y subjetivos, positivos y negativos, los cuales no constituyen patrimonio de las clases dominantes, pero es claro que se han apropiado de ellos para configurar su idea y praxis de patria.
El postular la existencia de la patria burguesa, y por ende, la necesaria lucha contra esta, no significa ser antipatriota (porque la patria en general no existe) sino que plantear una idea alternativa de patria, la cual está indisolublemente vinculada a un proyecto de sociedad distinto. Esto último es de fundamental importancia para comprender el carácter y contenido esenciales de la patria y el patriotismo, ambos están siempre directa e invariablemente ligados a un proyecto histórico de sociedad y a los sujetos o fuerzas sociales que son protagonistas de dicho proyecto. La patria burguesa es funcional al sistema capitalista y es debido a esto que se desarrollan y perfeccionan mecanismos ideológicos que garanticen la identidad de la mayoría con la idea hegemónica de patria.

El rol de la ideología es vital para imponer valores, criterios e ideas que sean funcionales a la perpetuación del sistema de dominación. En este sentido, la distorsión de la historia y la interpretación clasista de la misma, desempeñan un papel preponderante.
Las “gestas patrióticas” que conocemos se nos han transmitido de generación en generación de manera mecánica y con carácter de última palabra, sin posibilidades de cuestionar o al menos profundizar sobre personas, hechos o circunstancias que -según se transmite a través de la familia, la escuela o los medios de comunicación- conforman nuestra “historia patria”. La mecanicidad, la superficialidad y el control hegemónico del contenido de la historia, se conjugan para entregar una versión histórica interesada, parcelada y profundamente acientífica en donde las verdaderas causas de los fenómenos se pierden en una inmensa maraña de falsedades, apariencias simbólicas y detalles secundarios.
Por ejemplo, los principales hechos históricos que se nos presentan como fundacionales en la construcción de la patria, están estrechamente relacionados a las Fuerzas Armadas. Por tanto, la exaltación de eventos militares, de hombres y hechos, busca plasmar en la mente del chileno la relación patria-FF.AA. Es por esto que se habla del “día del roto chileno”, “día de las glorias navales”, “día del juramento a la bandera”, “día de las glorias del ejército”, etc. Esto es una clara y tendenciosa manipulación ideológica que pretende mantener incólume el tipo de vínculo entre patria y capitalismo, entre la nación y la patria y, lógicamente, mantener y fortalecer la identificación de las mayorías con todo lo anterior, siendo la mayor expresión de esto el nacionalismo imperialista, xenófobo, racista o religioso que tantas guerras injustas ha originado y que no ha hecho más que legitimar, defender o fortalecer el dominio de un sector social sobre otro.


Patriotismo
Cualquier definición de patriotismo debe necesariamente hacerse con referencia a la patria y al concepto específico que de ella tenemos. En consecuencia, éste tampoco es abstracto, no es una calidad asignada o eterna, sólo puede entenderse en relación a un contexto histórico concreto. El patriotismo, cual conjunto de principios y prácticas destinadas a la construcción, preservación y desarrollo de la patria, se vincula a un proyecto específico de sociedad postulado en un momento histórico preciso. Es patriota aquel que se mueve en dirección de la historia y del desarrollo social, aquel que brega por la liberación de las fuerzas materiales y espirituales de la sociedad y contribuye al desarrollo y bienestar del ser humano. Al que lucha porque aquella identificación cultural, lingüística, histórica o política adquiera una dimensión real y efectiva y no sea sólo producto de la imposición de la minoría en el poder.
El patriotismo es ajeno a la opresión y la explotación, la identificación con una patria es, por sobre todo, la identificación con seres humanos pasados, presentes o futuros, con los cuales se ha materializado la circunstancia territorial, cultural e histórica de compartir la vida y de construir un entorno común. La única manera de que esta identidad posea un carácter humanista y solidario -más allá del discurso patriotero- es que prevalezcan la igualdad y la justicia sociales. Y ello es algo que jamás ocurrirá en la patria burguesa.

La idea internacionalista
Entendemos que el desarrollo histórico ha derivado en la conformación de naciones y Estados, en el establecimiento de estrechas fronteras y en la proliferación de valores y prácticas que apuntan a la consolidación de patrias diferentes y numerosas. Para los revolucionarios está claro que detrás de las banderas, los himnos y los escudos, hay pueblos, hay seres humanos, mujeres y hombres separados por fronteras artificiales, por siglos de guerras, expansiones colonialistas o imperialistas. Millones de seres humanos cuyos problemas y sueños no difieren mayormente, independientemente de sus lugares de origen. Si la división del mundo constituye un producto histórico de la sociedad dividida en clases, la posibilidad de su reunificación también es una posibilidad histórica, momentáneamente inviable tal vez, pero eventualmente alcanzable.
En el intertanto, la idea internacionalista, la idea de que la lucha liberadora no reconoce fronteras, forma parte del ideario y praxis revolucionaria. Bolívar y Martí así lo entendieron, el pueblo cubano así lo entendió en Africa; millares de gentes sencillas así lo entendieron y practicaron en la guerra civil española y en Nicaragua.
El internacionalismo no es opuesto al patriotismo, por el contrario, se complementan y alimentan recíprocamente. La lucha de un pueblo por su liberación es el mejor aporte a las aspiraciones de libertad de otros pueblos, de modo que ni la patria ni el patriotismo pueden llevar un sello estrecho, rígido e inflexible.
En síntesis, los revolucionarios y los rodriguistas no sólo podemos sino que debemos ser patriotas, y así como en su momento esto significaba principalmente luchar contra la dictadura militar, en las actuales condiciones este contenido se proyecta, y para los rodriguistas quiere decir:
Primero, hacerse parte de los intereses y la identidad de la clase trabajadora y en general de las mayorías dominadas y explotadas de nuestro país. En consecuencia, la acción consciente del movimiento popular, sus organizaciones revolucionarias, y todos aquellos sectores -en cada país- que puedan identificarse con sus objetivos en el transcurso de la lucha, son las únicas que pueden ser entendidas realmente como patrióticas, ya que reflejan también esa voluntad irrestricta de no dejarse someter a ninguna fuerza imperial, a ningún tipo de explotación y dominación.
Segundo, luchar por una verdadera soberanía del pueblo en los asuntos políticos y económicos del país, usurpados por el capital financiero transnacional en concomitancia con los grupos económicos locales. En definitiva, conquistar una auténtica independencia nacional, (antiimperialismo) que nos permita recuperar el control de nuestros recursos naturales y reconstruir la capacidad productiva, enfrentando así la dependencia financiera creada por la deuda externa y el Fondo Monetario Internacional, y terminar con la intervención del imperialismo ya sea norteamericano o europeo en nuestra patria.

4 comentarios:

Victor Pinto dijo...

Interesantes definiciones. Dejando de lado todas las opiniones que se expresan ahi, me parece que hay bastante de cierto en los analisis que se hacen. Ahora... eso mismo es un problema, pues si bien es verdad que a la hora de filosofar sobre que es lo correcto la mayoria de los pensantes llegaremos a cosas bastante similares, cuando sea tiempo de plantear una via para implementar estos ideales, es cuando comienzan los problemas.

Y es justamente de lo que se aprovecha este tipo, atacar a esa parte de uno que dice "Los problemas que se plantean son reales" y cuando uno ya este sensibilizado, dar las pautas de como debemos actuar para terminar con nuestros problemas. Definitivamente una muy buena arma para convencer sobre todo a los niños que recien salen del colegio.

Por cierto, algo interesante es que a pesar de hablar contra el modelo capitalista e instar a luchar contra este, y a recuperar el poder para el pueblo, en ningun momento se plantea un sistema alternativo para administrar "la patria" una vez que el poder este en manos del "pueblo". Sera que cree que el "pueblo" le entregará el poder a él, para que así este señor se convierta con el tiempo en el "burgues opresor" pero con poder entregado por el pueblo ignorante?

Tal vez estrene una forma parecida de hacer politica, en una de esas salgo diputado y me embolso unos buenos millones mensuales

Victor Pinto dijo...

Por cierto Jorval, no he tenido tiempo de desearte un feliz año, lleno de prosperidad para ti y para los tuyos. Ya tendremos tiempo de hablar, mientras, espero que leas este saludo.

Ashniet dijo...

Creo que eso de entregarlo a los más jóvenes es importante, porque antes, los jóvenes eran demasiado susceptibles y creen todo lo que le dicen; por ejemplo, en cursos de 3° y 4° medio y los primeros años de Universidad uno se encuentra con mucha gente que dice ser comunista, pero ni siquiera saben lo que eso significa, para ellos es tirar piedras a carabineros, pitiarse casi todos los días, y querer un bien común... (que ya está claro, que todos queremos bien para todos)
Más ahora que no enseñan nada en el colegio, entonces ahora sí están muy susceptibles desde más jóvenes hasta más viejos. No me sorprendería que dieran a leer este tipo de libros obligatoriamente para sacar más izquierdistas.
Realmente deja qué desear.

Saludos...

Jorval dijo...

Por eso, ustedes los jóvenes, deben participar y combatir a estos ideólogos del mal.