26 septiembre 2007

Carta a los señores Generales y Almirantes actualmente en servicio activo


Estimados amigos, hoy recibí la carta que copio a continuación y con la que estoy en completo acuerdo. Lamentablemente es anónima por los motivos que explica. Describe perfectamente la amargura y desolación que nos embarga a los uniformados, hoy en retiro, que pertenecimos a las Instituciones Armadas y de Orden durante el Gobierno Militar. Vale la pena leerla y recibir vuestros comentarios.

"Septiembre del 2007

Soy un hombre de Honor y como tal no puedo seguir guardando silencio. Pido a Dios que estas palabras lleguen a las personas a quienes están dirigidas, a los Mandos Superiores de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, entiéndase mejor, a todos los Señores Generales y Almirantes de la República.

Siempre pensé que escribir en forma anónima era de cobarde, incluso ahora lo sigo pensando. Pero no doy mi nombre por una razón bien clara, ¡por que me obligan a no darlo!. Pertenezco y perteneceré por siempre a la Gran Familia Uniformada Chilena, y como se están dando las cosas en Chile y en nuestro entorno, mi identificación podría afectar a los de mi sangre que aun visten el Uniforme, sea cual sea el parentesco... a mi Padre, a mi Hermano, a mi Hijo, a mi Sobrino o a mi Nieto. Además que estoy seguro de que los conceptos que expondré representan en forma fidedigna a todos, absolutamente a todos los Ex Uniformados de Chile, entonces mi firma significaría actuar en forma egoísta con todos los demás.

Soy un Ex Oficial de las Fuerzas Armadas y de Orden, de cualquier Institución. Y como todos los que un día vestimos el Uniforme de la Patria hoy estoy profundamente amargado, tanto así que quisiera no estar viviendo todo esto. Increíble pero cierto, preferiría no estar, antes de seguir siendo testigo de toda la barbarie que viven tantos Ex Uniformados, de cualquier grado o Institución, por el sólo hecho de haber cumplido con su deber. Exacto, por el sólo hecho de cumplir absoluta y cabalmente con el Juramento que un día hicieran ante Dios y la Bandera. Entiéndanlo Señores Generales y Almirantes de la República, por el sólo hecho de haber actuado conforme a su conciencia y por su Patria, de acuerdo a su formación profesional. Porque ellos actuaron profesionalmente, aplicaron todo lo que alguien les enseñó un día en las aulas de nuestras Escuelas o en los campos de instrucción.

Van a tener que perdonar Señores Generales y Almirantes los conceptos que debo expresar. Lo que pasa es que hoy no estoy desilusionado del actual Gobierno, la verdad es que de esa lacra política nunca he esperado nada. Pero de ustedes si que siempre lo esperé todo, porque entendía que eran “Hombres de Honor”. Pero el concepto verdaderamente es muy grande para ustedes. Triste decirlo pero es verdad. No se imaginan la desilusión que siento. Me duele tener que encontrarlos muchas veces porque la formalidad me obliga a saludarlos, no se imaginan lo que pasa por mi mente cuando cínicamente les tiendo la mano. Es una verdadera amargura haber llegado a esto.

Yo fui Oficial. No importa el grado en que terminó mi Carrera, Llegue a Teniente o Mayor, a Capitán de Navío o a General, eso no importa. Pero fui un Hombre Digno, un Caballero. Ahora ya retirado de mi Institución vivo en cualquier parte, en Santiago o Valparaíso, en Arica o en Coyhaique, eso tampoco importa. Pero me duele mucho cuando otras personas que nunca usaron el Uniforme de la Patria, civiles, ciudadanos de este país, se acercan y me preguntan amable o impacientemente: ¿Que está pasando?, ¿Hasta cuando?, ¿Cómo es posible?, etc. En un principio les daba cualquier respuesta, tratando de justificar lo injustificable. Pero ya no. No puedo seguir así. No quiero ser cómplice de actos impropios de un Uniformado. No quiero volver a ser parte de la desidia de Ustedes, Señores Generales y Almirantes de la República. ¡Ya no más!.

Yo algún día fui superior de ustedes, o fui su compañero, o su subalterno. Me sentí muy dichoso al ver coronadas sus carreras en el Generalato. Que alegría más grande sentí cuando mi profesor, o mi amigo o mi alumno llegó a la cúspide de su carrera. ¿Cuándo me iba a imaginar que hoy sentiría vergüenza de ustedes?. ¿Como es posible que personas que recibieron una formación basada en valores, puedan vivir tan tranquilos ante la crudeza de las circunstancias?. No quisiera pensar que las bondades, “muy temporales”, de su alto grado, sean más importantes que los valores de toda una vida... ¿Qué está pasando con ustedes?...

¿Algún día se han detenido a pensar en la cincuentena de Ex Uniformados que están presos?. ¿O en los centenares que están sometidos a proceso y que terminarán tras las rejas?. ¿Nunca han pensado en las familias de todos esos hombres?...

Yo sí pienso en ellos todos los días y me duele profundamente. Me duele compartir con mi familia sabiendo que la familia de mi amigo está triste. Me duele jugar con mis nietos sabiendo que mi compañero de curso no lo puede hacer. Me duele ver las estrellas en la noche sabiendo que ese buen hombre que un día fue mi superior nunca más las podrá ver. Me duele caminar con los míos por la playa y sentir el ruido del mar, sabiendo que hay una mujer con sus hijos que darían cualquier cosa por hacer lo mismo con el hombre que aman... ese que injustamente está tras las rejas.

¿A ustedes no les pasa lo mismo?. ¿Como pueden ser tan insensibles?. ¿Se olvidaron tan fácil de esos hombres con los que tantas veces compartieron las bondades de nuestra carrera?.

Les voy a decir algo muy sincero. Ustedes están muy equivocados si creen que lo están haciendo bien. No crean que su actitud obedece al “irrestricto respeto a la Constitución y al Estado de Derecho”. Eso lamentablemente en Chile dejó de existir. Desde el momento en que la Presidente y el Ministro de Defensa tuvieron vinculaciones con movimientos terroristas, la Constitución perdió su peso. Desde el momento en que la Ley encarcela a Militares e indulta a terroristas criminales, el Estado de Derecho no existe.

¿En que país están viviendo ustedes?. ¿No han pensado que en esos hombres que viven tras diez candados, están representados todos ustedes?. ¿Dónde estarían hoy si la orden la hubieran recibido ustedes y no ellos?. ¿Cuantos de ustedes mañana correrá la misma suerte... cuando se saquen el uniforme?...

No sean Insensatos, ¿De que les sirve un presente ameno pero tan corto, cuando mañana van a estar solos?. ¿De que les sirven los temporales privilegios de su investidura, si mañana no van a ser nada?.

Mediten Señores Generales y Almirantes, aun tienen tiempo para reivindicarse con su propia conciencia. Nadie les pide que “den un golpe de estado”, eso sería ridículo, sería atentar en contra de la Institucionalidad que ustedes y nosotros construimos y que tanto bien ha hecho a Chile. Nunca les pediríamos algo así. Pero ustedes saben perfectamente bien lo que ¡pueden y deben hacer!.

Busquen en las cárceles norteamericanas o europeas a algún Militar prisionero por cumplir con su deber. Ustedes saben que nunca lo van a encontrar. Lo que pasa es que esas naciones que por años combatieron en contra de la sucia izquierda, llámese nazismo, fascismo, marxismo o cualquiera de esas barbaries, saben lo que significa el Honor. Ese inmaculado concepto que ustedes simplemente dejaron en el olvido. Sí, lo dejaron en el triste olvido, a pesar de la altísima investidura que la Patria les dio.

¿No les da vergüenza?... Abran los ojos Señores Generales y Almirantes. No solo nosotros los Ex Uniformados los observamos. Es un país entero el que no da crédito a su penosa y débil actuación. ¿Con que cara se presentan públicamente en actos y ceremonias?. ¿Se sienten por casualidad “dignos hombres” cuando se paran frente a sus subalternos?. ¿No se dan cuenta de que ellos ya no los siguen por lealtad, sino como esclavos de la disciplina?.

Señores Generales y Almirantes, ustedes que algún día fueron mi jefe, mi compañero o mi subalterno. Yo los conozco muy bien. Yo se que la tarde del 11 de Septiembre de 1973 ustedes estaban dichosos, como lo estaban todos los chilenos. Yo se que ustedes sirvieron fielmente al Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden. No se olviden nunca que la contienda de 1973 fue una guerra artera en contra del peor invasor. Recuerden los arsenales que ustedes mismos encontraron en todos los rincones de Chile, empezando por La Moneda, Tomas Moro y El Arrayán. Recuerden los balcones de La Moneda llenos de terroristas con ametralladoras. Recuerden el rostro venenoso de Allende organizando la defensa de su “Revolución” recorriendo los pasillos de La Moneda con casco y fusil. ¿Era eso un Presidente Constitucional?. No, ustedes saben que no lo era. Ustedes saben que ese 11 de Septiembre y los días posteriores nuestras Instituciones lucharon con un enemigo voraz..., con la peor de las hordas que asechaba en ese entonces al planeta. Ustedes saben que nuestra victoria de entonces fue el primer combate que esa rapiña perdió en el mundo. Y saben perfectamente bien que esa es la causa principal de el odio que sienten hacia nosotros.

Después de 34 años... ¿Qué pasa por sus mentes?. ¿Piensan que ustedes habrían hecho las cosas distintas?. ¿Piensan que habrían adoptado otras resoluciones?. No se engañen... ustedes habrían hecho lo mismo. Si, lo mismo... porque eso era lo único que las circunstancias permitían hacer... ¡COMBATIR!.

Recuerden además que ese sucio adversario no se quedó tranquilo después de su derrota. Recuerden que nuestro suelo se vio invadido por la más siniestra andanada terrorista. O se olvidaron de los uniformados y también civiles asesinados a mansalva por esa larva... ¿Se olvidaron ya de ellos?, ¿De los centenares de Carabineros asesinados?. ¿Se olvidaron de todos los mutilados?. Recuerden que esa caterva criminal no se podía combatir con Instituciones regulares. Recuerden que los Organismos de Seguridad nacieron por la imperiosa necesidad de defender a nuestros conciudadanos de ese sucio y criminal adversario. Recuerden que nuestro suelo estaba invadido de criminales, salvajes criminales organizados y apoyados desde el extranjero. Recuerden que ustedes mismos sacaron armas de infinidades de reductos luego de descubrir los desembarcos de Carrizal Bajo. Ahí estaban los Organismos de Seguridad, integrados por gente nuestra, perteneciente a nuestras Instituciones, y que tuvieron que desempeñarse en ese peligroso frente. ¿Ya lo olvidaron?... ¿Qué tipo de amnesia están sufriendo?. Insisto... ¿No han pensado que la orden la pudieron recibir ustedes, y que cumpliendo con su deber habrían tenido que formar parte de esos necesarios Organismos de Seguridad?.

¿Cómo pueden permitir que a Hombres de Honor se los trate de delincuentes?. ¿O ustedes piensan que verdaderamente son delincuentes?. Si fuera así nuestras Escuelas Matrices serían formadoras de delincuentes... y ser Oficial sería lo mismo que ser un delincuente. ¡Ustedes mismos serían delincuentes!.

Pero la realidad es otra... todos nuestros Camaradas prisioneros y sometidos a proceso son dignos hombres de nuestro suelo... Son iguales a ustedes, con las mismas capacidades y la misma formación valórica, con la misma Fe y los mismos sentimientos. Ellos cumplieron con su deber sagrado y derrotaron al enemigo de Chile. Sin embargo ustedes ahora los desprecian. Y lo que es peor... de tanto compartir con el que antes fue su adversario y hoy se viste de autoridad, da la impresión de que ya creen todas las falsedades que dicen. Y no consideran el odio que brota de ellos, el que cada día le quita la paz a los nuestros y a sus familias.

Reaccionen de una vez. Chile entero los observa. Sus ex Camaradas los observan permanentemente. Sus subalternos los observan día a día. Todos esperamos algo de ustedes. Salven su dignidad.

Entiéndanlo... Mientras Chile tenga encarcelado a un Uniformado que cumplió con su deber defendiendo a su tierra y a su pueblo... Ustedes serán los responsables de su propia suerte. La historia los espera. Salven su dignidad... ¿O pretenden quedar en el recuerdo de Chile como hombres sin Honor... Como ya tenemos a uno?.

Nunca es tarde

Oficiales en Retiro de las Fuerzas Armadas y de Orden. (Todos)"

1 comentario:

Ashniet dijo...

Tuve la suerte de no haber vivido el peor tiempo de Chile, nací después del '80. Desde pequeña creí y avalé todo lo que hacían las Fuerzas Armadas y de Orden, confié en ellas 100%. No me pregunté si lo que hacían estaba bien o mal, porque sabía que lo que hacían era lo correcto.
Lamento no pensar más así. Me duele desconfiar de quién se supone te cuida. Y aún intento no hacerlo, porque sé que quedan algunos que lo hacen por lealtad a su Patria.
Es vergonzoso sólo pensar en juzgar a alguien que te cuidó y que sin él podrías estar muerto. Sí, yo no viví en esa época, pero sé lo que pasó. Incluso sé más historias de la miseria que de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden. Aún así, a pesar de la pena que puedan provocar las historias de esa gente, confío ciegamente en que lo que hicieron las FF.AA. era lo correcto.
Se nota la cara que muestra el gobierno, aún están molestos, lo que da a conocer su inmadurez. Lo demuestran cada día, y es triste pensar que gente que no ve futuro sino pasado, está gobernando y decidiendo sobre nuestra vida.

Humildemente comparto su pesar, espero que esto cambie pronto y así podamos confiar y validar lo que hace la Institución que nos protege y ve el mejor futuro para su país.